Primero cayó una hojita,
muy pronto cayeron dos
y enseguida la vereda
con cien hojas se cubrió.
Amarillas y muy secas
un señor las recogió
y las puso en un carrito
con pala y escobillón.
Pero vino un viento fuerte
y antes de contar dos
a las hojas y al carrito
volando se los llevó.
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