Cuántas cosas veo
desde este lugar,
muñecas, autitos,
goma de pegar.
Una montañita
de revistas viejas,
cuadernos, papeles,
un rompecabezas.
Muchos ladrillitos
bien desparramados
sobre el escritorio,
sobre el alfombrado.
Desde aquel estante
me mira de reojo
un perro de lana
con su moño rojo.
En el otro estante,
un monito a cuerda
que ya nadie usa
ni nadie recuerda.
En la cama encuentro
naipes, caramelos,
piedritas y fotos
de amigos y abuelos.
Pero ya es de noche
y manitos tibias
me abrazan con fuerza,
me aprietan, me miman,
Cierro los ojitos,
soy un oso bueno,
dormiré abrigado,
tendré lindos sueños.
Soñaré que un ángel
me hace cosquillas
en mi panza gorda
y aquí en mis mejillas.
Y será algún niño
quien me dé su abrigo,
los dos bien juntitos,
porque soy su amigo.
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